Ella

Ella era un cúmulo de nervios, completamente alocada y con mucho genio, alguien que en miles de ocasiones era difícil de soportar, un ciclón imparable que arrasaba con todo, pero en el fondo, no era más que una pequeña niña que buscaba ser querida de una manera especial y única, buscaba ser especial para alguien que supiese entenderla y estar con ella pese a todo su mal genio, pese a todos sus defectos, buscaba alguien que la protegiese, porque aunque muchas veces no lo pareciera... no era más que una niña indefensa, que aún soñaba con ser fuerte.

Como en todas las historias de este planeta, conoció a alguien de quien enamorarse...quiso el destino que no llegasen a estar juntos y que se hiciesen amigos, con el paso de los años se acostumbró a ello, fue la primera en enterarse de su primer amor, de su primer beso...y al final, ambos se terminaron viendo simplemente como hermanos.

Desvanecida toda esperanza por encontrar el amor pese a ser joven, siguió con su vida diaria, siguió con su mal genio incontrolable, dejándose llevar siempre por sus sentimientos y estando ahí en los malos momentos. Perdió a lo largo de su camino a gente que ,teóricamente ,la había aceptado y querido , y siguió andando con la cabeza alta siendo en el fondo una niña indefensa con miedo de todo.

El azar o el destino, llamadlo como queráis, quiso que de nuevo alguien se introdujese en su vida, y lo que al principio no era más que mera atracción, se fue cultivando en su corazón para dar paso a algo más grande, a algo que desbordaba su interior y que era superior a ella, quería gritarlo por cielo, mar y tierra, quería publicarlo quería compartirlo, pero debía callar, debía ahogar sus sentimientos y relegarlos a sus sueños donde podía darles rienda suelta, y ser verdaderamente ella. Y en el silencio de la noche, en lo más profundo de su corazón le procesaba amor eterno. A él, al único al que miraría bajo un velo casi invisible que enmascaraba todo lo que ardía por dentro, a él su ser perfecto dentro de la imperfección, su amor imposible... su otro yo.

Pasaba así poco a poco el tiempo, y ese sentimiento en vez de menguar crecía y crecía, y aún sin poder tenerlo por el día, ella era feliz, pues por las noches, podía ser su guía, podía formar parte de su vida, aunque fuese imaginariamente, aunque sólo fuesen unas horas antes del amanecer a escondidas en rincones recónditos y paisajes idílicos. Eso era lo que le daba fuerzas. Lo que aún le da fuerzas para seguir adelante, porque él, sin tener la menor idea, era y es el tesoro que por las noches consigue que vuelva a ser ella, que no haya máscaras que la encubran y la protejan, que pueda desahogarse sin miedo a ser rechazada, sin miedo a ser de nuevo criticada y abandonada. Él es la luz de su vida, su motor, su energía, y mientras que exista él y su sonrisa ella será feliz cuando se ponga la luz del día. Y cuando amanezca ,vivirá con todas sus fuerzas, e intentará que él descubra el amor aunque no sea el suyo, aunque tenga que ser feliz con otra persona, pues lo que nadie sabe es que, aunque jamás estén los dos juntos, él siempre estará en lo más profundo de su corazón, en sus sueños, en ese lugar donde nadie más podrá penetrar nunca. Y allí él será su protector y ella será la guardiana de su esencia.

¿Pero... quién es ella?