miércoles, marzo 29, 2006

El día del metro

Aveces cuando voy sola en el metro y está medio vacio, decido alzar la vista del suelo y mirar atenta a mi alrededor...
Eso mismo hice el otro día.


La gente de aquel último o penúltimo vagón , andaba ausente, dormida, pensativa o distraida posando la vista en el infinito. Yo intentaba entreveer algo de aquellas personas mientras oia en mi discman acompañada del ripequeteo del vagón. Aquella canción decia " ¿A donde iran los besos que no damos que guardamos, donde se irá ese abrazo si no llegas nunca a darlo?" En ese momento empecé a sentir murria y a acordarme de aquella muchacha a la que había dado esa misma mañana el bocata que me iba a tomar para desayunar y el poco dinero que tenia encima porque la había visto desamparada y sola intentando alimentar a su bebé... Recuerdo como me agradeció el poco dinero que llevaba pero más aún el hecho de que le diese comida, de que le cediese mi bocata, " Dios te lo pague pequeña" me dijo con una sonrisa dulce mientras seguia dandole aquel biberón al pequeño bebé, yo me sentía mal quisiera haberla podido ayudar un poco más.


Amenudo cuando voy en el tren veo a personas que piden dinero, algunas veces me niego en rotundo ( soy de la opinión de que dar comida es mejor que dar dinero) otras por el contrario noto que verdaderamente lo necesitan, y me siento mal por no poder darles más ayuda... En cualquier caso lo que más me fastidia es la indiferencia del mundo ante esto, muchas veces incluso los miran con asco o directamente no los miran... ¿Acaso esas personas están orgullosas de la situación en la que se encuentran?¿Acaso no quisieran dadle hogar calentito, ropa y mejor comida a sus hijos? Aghhh.

Cuando llegué a casa no pude evitarlo, tenía unas ganas horribles de darle un fuerte abrazo a alguien, mi hermana no estaba y mis padres se habían ido a nose donde, así que pasé a mi habitación y encontré a aquel osito de peluche que unos un día de reyes apareció en mi puerta y que si tocas su tripa te dice " Abrazame, Abrazame" y eso hice abrazarlo.


Mientras lo abrazaba me sentí protegida, agusto, tranquila... sabía donde había acabado mi abrazo. Poco después tuve una idea, al día siguiente decidí llevarle uno de mis peluches a aquella muchacha junto con un bocadillo de jamón serrano. Me acerqué a la boca del metro, cerca del hiper husera y le dí aquel osito que se parecia tanto al que yo misma había abrazado el día anterior. Y también le dí el bocata. Me otorgó una sonrisa por el bocata y lágrimas de alegría o añoranza por aquel peluche mientras me repetía que Dios me vendigese y que me lo pagase y me daba las gracias. Yo me sentí feliz por unos momentos.

Hoy mi padre me ha dejado un disco y he vuelto a oir esa canción " ¿Adonde van los besos que guardamos que no damos, donde se irá ese abrazo si no llegas nunca a darlo?" mientras la estaba oyendo me he acordado de aquel día, y he hecho algunas fotos con mi osito de peluche, y he recopilado otras que hice otro día según volvía a casa en el metro.

Por favor no negueis nunca un abrazo, un beso o una sonrisa si pensais que pueden ayudar o quereis darlos, no dejes tampoco de mirar a aquellos que necesitan de nosotros para poder sobrevivir en este mundo tan injusto, y no dejeis de pensar que siempre teneis tiempo para cambiar el mundo. Para ayudar a los demás. Si teneis juguetes que no usais y estan bien, peluches que no quereis y no están rotos, acercarlos a la parroquia o dadselo a aquellos que lo puedan necesitar, no los tireis a la basura podrian servir para que no se pierda jamás un abrazo o la esperanza.

Besitos miles. Bonna Noite


1 Comentarios:

Blogger Ignacio . dijo...

Eva, tines un corazón grandisimo :P di que sí, nunca hay que negar ni una sonrisa ni un abrazo!!

9:34 p. m.

 

Publicar un comentario

<< Home